Viernes negro sobre Barcelona: marchas separatistas y huelga del terrorista que descuartizó a Bultó
Viernes negro el que se cierne sobre Barcelona. Después de una semana de disturbios callejeros, confluyen las cinco marchas separatistas con la huelga general convocada por Intersindical-CSC, el sindicato liderado por Carles Sastre, el terrorista que descuartizó al empresario José María Bultó anudándole una bomba en el pecho en 1977.
Hay empresas, como el Grupo Bon Preu, que ya han comunicado a sus empleados el cierre para evitar males mayores. Sus trabajadores tendrán permiso retribuido. Seat, por su parte, ha acordado un paro técnico de producción en la planta de Martorell (Barcelona) durante todo el día.
Las cinco marchas separatistas concluirán en la Ciudad Condal en torno a las dos de la tarde después de que miles de personas hayan recorrido decenas de kilómetros desde Gerona, Berga, Vic, Tárrega y Tarragona por carreteras cortadas para el desempeño diario del resto de los catalanes.
El sindicato de Sastre tiene gran representación en el sector público. Es la segunda huelga general que convoca y, como en la anterior, vuelve a hacerlo para secundar los intereses políticos del Govern. De ahí que la huela no esté motivada por asuntos laborales, sino «por los derechos y las libertades». Al paro se ha sumado IAC, una central partidaria de la autodeterminación de Cataluña que es mayoritaria entre los trabajadores de la Generalitat, especialmente en los sectores de la Sanidad y la Educación. Una manifestación que partirá desde los Jardines de Gracia a las 17.00 horas será el colofón del paro.
Independencia y terror
Ahora que el independentismo intenta romper amarras con los siete miembros de los CDR en prisión acusados de terrorismo, conspiración para cometer estragos y tenencia de explosivos, cobra interés recordar que el líder de la huelga de este viernes es Carlos Sastre, ex miembro de Terra Lliure y el Ejército Popular Catalán.
Sastre tiene marcado el 9 de mayo de 1977 en su biografía. Junto a otros integrantes de esta banda terrorista que reivindicaba los supuestos ‘Países Catalanes’, se presentaron en la casa del hermano de Bultó en Barcelona. El industrial había acudido a comer con él. Haciéndose pasar por empleados del gas, se colaron en la vivienda. Bultó, de 77 años, y accionista de la empresa de motocicletas Bultaco era además presidente la empresa química S.A. Cros. Sastre y sus secuaces abordaron al anciano, y le adosaron con esparadrapo y bajo la axila izquierda, una bomba del tamaño de una tableta de chocolate. Funcionaba con un mecanismo antidepresor: cualquier intento de aflojar los esparadrapos accionaba el detonador.
Los terroristas amenazaron con hacerle estallar el explosivo si no les entregaba 500 millones de pesetas (3 millones de euros). Le dejaron una hoja con instrucciones sobre cómo pagar y desactivar la bomba. Bultó, pese a su avanzada edad, no perdió la cara en ningún momento a sus secuestradores y se negó al chantaje. Pidió a sus familiares que no dijeran nada y se fue a denunciarlo a la policía.
Vísceras por las paredes
Bultó nunca llegó a la comisaría. El artefacto hizo explosión y le reventó por completo. Su cuerpo quedó descuartizado. El periodista Alfredo Semprún describió la escena en el diario ‘Arriba’: «Las paredes desfiguradas por la sangre y los trozos de vísceras que tan violentamente habían sido incrustadas en ella por la explosión del artefacto; el paquete intestinal sobre el suelo a pocos metros de la parte inferior del cuerpo, los brazos mutilados junto a la cabeza trágicamente traumatizada, era todo lo que quedaba del que fuera sostén y corazón de una de las más importantes industrias españolas».
Aunque fue condenado, cuarenta años después, el hoy líder del sindicato que quiere parar Cataluña sigue sin mostrar arrepentimiento. Un presentador de TV3 presentó hace meses a Sastre como «gran reserva del independentismo».